El nombre de este animalito se usa en Chile para designar a las personas que fisgonean, espían o se meten en lo que no les importa.
La condición de fisgón derivó en un oficio, el de «sapo de micros», que es una persona que informa a los microbuseros sobre la frecuencia de los recorridos de su línea y de la competencia.
«Andai de sapo» se le dice a alguien que espía (sapea), ya sea por curiosidad y, sobre todo, para delatar a alguien.
Algunos sapos reciben ese apodo por copuchentear… a ellos se les dice la célebre frase «muere de viejo, no de sapo» para que no sigan en su acto de «sapear».
Este post fue inspirado por un sapo que me anda sapeando.